Declaración del Club de Roma
Nosotros, los miembros del club de Roma, convencidos de que el futuro de la humanidad esta aún por determinar, y que es posible evitar las actuales y previsibles catástrofes, cuando son el resultado del egoísmo humano o de equivocaciones incurridas en la forma de gobernar el mundo.
Es importante subrayar las muestras de la esperanza y del progreso logrado. Debemos además combatir las amenazas contra la humanidad, y estamos convencidos de que la supervivencia de la humanidad es lo más urgente.
La virtud del optimismo que se arraiga en el espíritu humano es un requisito esencial de nuestras épocas. Creemos que, para contradecir las tendencias de la corriente hacia un triunfalismo arrogante, el pesimismo o la resignación, debemos adoptar una actitud de confianza basada en el compromiso y el optimismo personales, buena voluntad y la perseverancia de todos los ciudadanos responsables.
Creemos que cada ser humano comienza a poder elegir tomar el compromiso de su propio futuro y no ser una mera víctima de los acontecimientos. La imaginación y la creatividad de cada individuo, combinadas con un mayor sentido de la responsabilidad social, pueden contribuir a cambiar nuestras actitudes y hacer que nuestras sociedades puedan hacer frente a las crisis que preocupan al mundo. Creemos además que aunque la sociedad de la información que se está desarrollando, implica riesgos y trabas, nos ofrece considerables oportunidades para la construcción de un futuro mejor.
El mundo está experimentando un período de agitaciones y de fluctuaciones sin precedentes en su evolución hacia una sociedad global para quienes no estén preparados mentalmente.
Consecuentemente, su reacción es a menudo negativa, inspirado por el miedo de lo desconocido y por el desconocimiento de la dimensión global de los problemas que no parecen tener una escala humana.
Estos miedos, si no los abordamos, son riesgos que pueden conducir a las personas hacia un extremismo peligroso, un nacionalismo estéril e importantes confrontaciones sociales.
No sabemos cómo esta sociedad será o trabajará. Debemos de ahora en adelante aprender a manejar este período de transición fundamental, que puede durar varias décadas o incluso convertirse en un proceso permanente. Tenemos, por lo tanto, que prepararnos para un futuro de bienestar y prosperidad para la humanidad.
Los tiempos en los cuales vivimos demandan esfuerzos individuales y colectivos para construir sistemas y sociedades en las cuales la humanidad, el respeto a los demás y la compasión sean valores clave; la “competición” se debe ordenar no dominar ni a consumir, sino no estimular y a participar.
Debemos movernos hacia una sociedad que honre a quienes promuevan la felicidad y el bienestar humanos, no a los que utilicen la energía de forma destructiva o complazcan las formas más libertinas de consumición.
Hacia este fin, la educación instruyó a la persona íntegra a desarrollar el potencial y las capacidades de cada individuo para el bien de la comunidad, lo cual adquiere un papel crucial.
Creemos en la necesidad de estimular debates generales sobre los temas principales con mayor implicaciones globales para con todos los aspectos de la condición humana, tomando un acercamiento holístico que cubra sus aspectos morales, materiales, culturales, sociales y científicos.
Con este fin, publicamos los trabajos que animarán a gobiernos, a las agencias internacionales, a los líderes de negocio y a las organizaciones no gubernamentales, a los movimientos de juventud y a las fuerzas positivas en las sociedades a lo largo del mundo, para que adopten políticas y tomen las decisiones estratégicas apropiadas a las circunstancias en contínuo cambio de nuestro tiempo.
Está claro que la opinión pública debe desempeñar un papel cada vez más crítico en este crecimiento del conocimiento.
Nosotros, los miembros del club de Roma, somos cien individuos, presentes actualmente en 52 países y en cinco continentes. Representamos diferentes entornos educativos, filosofías, religiones y culturas; tenemos diversos formas de pensar y áreas profesionales. Naturalmente, a menudo tenemos diferentes visiones del futuro.
Pero con una preocupación común – el futuro de la humanidad – y por lo tanto estudiamos los temas globales que afectan al mundo que compartimos.
Para que cada miembro del club de Roma pueda realizar sus responsabilidades, debemos dedicar una proporción significativa de nuestro tiempo y talento al trabajo para con la humanidad, y particularmente a ayudar a construir sociedades más humanas, más sostenibles, más equitativas y más pacíficas.
Con la visión de servir a la humanidad, el club de Roma desea consolidar su papel de catalizador del cambio y como centro de la innovación y de la iniciativa; agradece la abundancia de ideas, a la diversidad y la capacidad de sus miembros a actuar como resultado de sus posiciones y experiencias pasadas o presentes.
Confiamos en la capacidad de los hombres y de las mujeres de expresar y de vivir de acuerdo con sus valores éticos y morales, respetando siempre la diversidad de la humanidad.
Invitamos a los hombres y a mujeres de buena voluntad, especialmente la gente joven de hoy en día, para compartir con nosotros este trabajo de reflexión y de acción.